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O, no te quemes cuando felicites.

Puede parecer paradójico y contradictorio, pero una de las tareas en la que más errores cometen los jefes en su trabajo diario, es cuando tienen que elogiar o felicitar a alguno de sus colaboradores. Es posible que el motivo principal por el que se producen estos fallos sea la manifiesta falta de preparación y de formación que existe sobre este tema en el mundo laboral. “Cómo dar Buenas Noticias” no suele aparecer en el programa de los cursos de formación de las empresas. Es más, es una competencia que habitualmente no se encuentra en las descripciones del puesto de trabajo, por lo que suele no evaluarse, y en consecuencia no se desarrolla. Incluso, me atrevo a aventurar que muchos de los lectores de este artículo no se habían planteado, hasta este momento, la importancia de tener la formación, la preparación y la experiencia necesaria para dominar el arte de cómo dar buenas noticias.

Cómo dar buenas noticias

Hay veces que encendemos una cerilla para iluminar y terminamos quemándonos.

Al igual que sucede cuando hacemos algo con la “mejor intención”, cuando vamos a comunicar una “buena noticia”, tenemos la falsa creencia de que por ser algo “positivo” todo saldrá perfectamente. Lamentablemente no siempre es así, y cometer un error en estas situaciones puede llegar a perjudica mucho más la relación de confianza con la otra persona, que un típico enfrentamiento cotidiano por cualquier discrepancia menor.

Cada vez que imparto una formación sobre “Cómo dar Buenas Noticias”, puede apreciarse la enorme dificultad que los jefes tienen a la hora de decirle a una persona de su equipo que está haciendo bien las cosas. Muchos de ellos –cuando se sinceran de verdad– suelen exponer que al felicitar a un colaborador sienten que pierden algo de autoridad sobre estos, que les da vergüenza y en algunos casos que llegan a sentirse inferiores. Por este motivo tratan de hacerlo lo más rápido posible y sin una mínima preparación previa, salvo que no les quede otra opción.

Una manera sencilla y eficaz de afrontar este tipo de tareas es seguir los pasos que te indico a continuación –al menos a mi me resultan muy útiles-:

1.- Establece la reglas del juego.

Es muy importante establecer las reglas del juego con tu equipo desde el inicio de vuestra colaboración profesional. Debes explicar con antelación que vas a decir claramente si se trabaja bien o no, y has de establecer de forma indubitada las expectativas que tienes de cada uno de ellos.

2.- Elogia o felicita inmediatamente.

El elogio o la felicitación ha de producirse cuanto antes. Es decir, será mucho más efectivo cuanto menos tiempo haya pasado desde el momento en el que se produjo el comportamiento o el resultado que se quiere alabar y la felicitación.

Es importante que expreses honestamente tu agradecimiento y tu alegría por lo que ha hecho la persona de tu equipo. Aquí también es de aplicación que es mucho más importante la calidad de lo que expresas que la cantidad de palabras o gestos que utilices para ello.

3.- Se concreto.

Di a la persona lo que hizo bien de forma concreta. Documéntalo y arguméntalo para dar importancia y credibilidad a tu elogio. De esta forma evitarás que pueda verse la felicitación como algo objetivo y no como un comportamiento subjetivo por tu parte. Es fundamental que bases tus argumentos en hecho y no en opiniones.

Ten en mente siempre –siempre, siempre– que cada vez que hablas con alguna persona, aunque estéis a solas, estás también “hablando” con todas aquellas otras personas a las que ésta pueda contárselo (compañeros, colaboradores, proveedores, clientes, amigos, familiares, etc.), y actúa en consecuencia.

4.- Di cómo afecta al resto del equipo ese buen comportamiento.

Di lo que piensas sinceramente del comportamiento o del resultado, y destaca especialmente las consecuencias que tiene lo que hizo para el resto del equipo, para los clientes, para los proveedores, para los potenciales clientes y para la competencia.

También puede ser muy enriquecedor comentar las posibles consecuencias que hubiera tenido el no haber hecho lo que se hizo.

5.- Convierte la felicitación en algo tangible.

Es muy importante que el elogiado o la felicitada se lleve algo físico que simbolice el reconocimiento por su buena acción.

Tal vez pueda servirte de ejemplo una simples tarjetas de felicitación que implementamos mientras trabajaba en la multinacional inglesa Fitness First (la idea salió de un libro titulado ¿Está lleno su cubo? de Tom Rath y Donald O. Clifton).

Acabábamos de implementar los nuevos Valores de la compañía en todo el mundo, y en España estábamos decididos y comprometidos con crear una verdadera Gestión por Valores ya os contaré en otro momento el proceso que diseñamos, y cómo en España logramos realmente gestionar por Valores la compañía durante algunos años-. Por ello, decidimos que debíamos potenciar todo comportamiento que estuviera en sintonía y que reforzara nuestros Valores.

Este reconocimiento NO debía darse de forma puntual y NO sólo por lo responsables de la compañía. Tenía que ser algo vivo. Cada empleado podía entregar una de estas tarjetas a aquel compañero, superior o colaborador, incluso a personas externas a la empresa, que potenciara los Valores de la compañía. Daba igual si ese acto tenía un impacto enorme o nimio, lo importante es que consolidara los Valores de Fitness First.

Como dar buenas noticias Tarjetas Felicitación @ElPeONCoronado

Por no alargarme demasiado, simplemente diré que el resultado de este campaña superó con creces las expectativas que teníamos. Muchas risas y lágrimas de felicidad salieron por la simple entrega de un pedazo de papel.

6.- Contacta físicamente.

Es muy importante que toda comunicación “positiva” exista un gesto de acercamiento, de contacto humano. Dependiendo de la relación que se tenga con la persona y de las costumbres y filosofía de la empresa, se debe dar la mano, besar o abrazar a la otra persona, pero siempre desde el mayor de los respetos. Recuerda “contacto con tacto”.

7.- Guarda silencio.

El poder del silencio como disparador de emociones en este tipo de interacciones humanas es espectacular. Guarda silencio después de los pasos anteriores y seguro que te sorprenderá la reacción que las emoción produce en tu interlocutor.

8.- Anima a seguir trabajando igual.

Esta es una oportunidad inmejorable para animar a seguir trabajando en el mismo sentido, con las mismas ganas, el mismo ímpetu y el mismo entusiasmo. Pide que repita los resultados y el comportamiento o incluso los mejore.

9.- Da las gracias.

Para terminar da la gracias. Y no olvides sonreír en todo momento.

¿Quieres saber más sobre cómo dar buenas noticias? Ponte en contacto conmigo aquí.

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CÓMO DAR BUENAS NOTICIAS

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