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O, cómo ser un peón líquido.

En las últimas semanas he recibido varios correos electrónicos en los que se me pedía que definiera cuáles son las características del buen jefe. Reflexionando sobre ello, he llegado a la conclusión de que no hay diferencia entre las características que ha de tener un buen jefe y las que ha de poseer cualquier “peón” que quiera especializarse en el uso de las Acciones de Liderazgo Líquido.

Estas características son, dando por sentado los mínimos conocimientos técnicos que cada posición específica exige, básicamente tres:

1.-  Flexibilidad.
2.- Observación.
3.- Comunicación.

Para aquellos a quienes les gustan los acrónimos, podríamos decir que las características del buen jefe consisten en tener FOCO (Flexibilidad, Observación y COmunicación).

Be liquid con FOCO

Pasemos a ver con cierto detalle cada una de ellas:

 

1.- Flexibilidad.

El punto de partida para cualquier jefe ha de ser algo tan obvio como que cada empleado es una persona diferente. Por lo tanto, el liderazgo ha de enfocarse de tal manera que pueda hacer frente a la singularidad de las necesidades de cada individuo.

Suele ser más habitual de lo que pensamos aquellas situaciones en las que los managers exigen a sus empleados que se adapten a ellos; al fin y al cabo, ellos son los que tienen la jerarquía. Lo que, según mi opinión, es un grave error. Es el jefe quien debe ser flexible a la hora de formular hipótesis y liderar a su equipo.

Es común que aquellos que tienen un grupo de personas a su cargo elaboren hipótesis sobre las motivaciones, intenciones, posibilidades de éxito, etc. de cada uno de sus subordinados y actúen en consecuencia. Con las limitaciones que ello conlleva para el correcto desempeño de los implicados (no olvidemos el principio de Rosenthal).  Personalmente no veo ninguna ventaja en aferrarse a una hipótesis sobre el comportamiento de una persona, puesto que el ser humano puede llegar a tener una conducta impredecible que vaya más allá de cualquier expectativa (tanto por exceso como por defecto).

En lo que se refiere al comportamiento de los trabajadores, para el jefe es mucho más útil hablar de si un comportamiento es “funcional/disfuncional” para lograr el resultado esperado, que hablar de si es “correcto/incorrecto” (salvando siempre la ética y los valores empresariales y la legalidad vigente).

La importancia de la flexibilidad para el buen jefe es vital, ya que cada cambio que realice el jefe en su conducta con el empleado tendrá efectos visibles en el comportamiento de la persona. A veces, pequeños modificaciones pueden tener como consecuencia grandes cambios.

El jefe no ha de tener ningún método preestablecido en su liderazgo. Ha de orientarse hacia la persona en particular y sus circunstancias en cada momento. Si determinadas Acciones de Liderazgo Líquido no dan resultado, tendrá que probar con otras, hasta que se logre que el subordinado logre el objetivo marcado. Este es el motivo por el que, rememorando de nuevo a Bruce Lee, equiparo ser flexible con la capacidad que tienen los líquidos de adaptarse a cualquier “contexto”, y de ahí viene el apellido “Líquido” del tipo de Liderazgo que practico.

“Be liquid my pawn.”

 

2.- Observación.

Si un jefe quiere conocer a los componentes de su equipo para aplicar las Acciones de Liderazgo Líquido más efectivas, no le queda más remedio que observar. Y lo que ha de observar son las conductas que estos manifiestan continuamente, a cada momento y en cada situación.

El jefe ha de tener la precaución de ser consciente de que no conoce con seguridad el significado de lo que observa. Por ello ha de implicar todos sus sentidos, en especial la vista y el oído, en cualquier interacción que tenga con alguien. Tiene que observar, y en la medida de sus posibilidades no ir más allá de los hechos, es decir, no tratar de adivinar intenciones, motivaciones, intereses, etc.

Una observación adecuada no es posible sin estar presente en el aquí y el ahora de cada interacción con sus trabajadores. A partir de ahí le será mucho más sencillo descubrir las claves del liderazgo más eficaz y descubrir cómo funciona éste. La comunicación tanto verbal como no verbal del empleado, lo que hace y lo que no hace, lo que dice y lo que no dice, lo evidente y lo sutil marcarán aquello en lo que el jefe ha de centrar su observación para encontrar los recursos y las respuestas apropiados para conseguir el éxito.

Déjame que te proponga un juego con el siguiente vídeo y la importancia del aquí y el ahora para la observación efectiva. ¿Quién es el asesino?

 

3.- Comunicación.

Silencio funcional - Características del buen jefeNo se puede ser un buen jefe sin un dominio absoluto de la comunicación. Aunque no hay que confundir este dominio de la comunicación con la simple elocuencia.

La mejor manera de empezar a recorrer el camino para desarrollar lo máximo posible el manejo de la comunicación no es otra que recurrir a los grandes maestros del tema. Y en el caso que nos ocupa una figura de prestigio mundial es Paul Watzlawick y sus «cinco axiomas de la comunicación humana«:

1º No es posible no comunicar. Todo comportamiento es una forma de comunicación.

2º Toda comunicación tiene un nivel de contenido y un nivel de relación, la metacomuniación.

3º La naturaleza de la comunicación depende de cómo se ordene la secuencia de actos comunicativos.

4º En toda comunicación existe un nivel digital (lo que se dice) y un nivel analógico (cómo se dice).

5º Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según estén basados en la igualdad o en la diferencia respectivamente.

En resumen: las carácteristicas del buen jefe son su FOCO.

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CARACTERÍSTICAS DEL BUEN JEFE

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